
viernes, 27 de noviembre de 2009
Siempre conmigo.....
A veces entre las personas existen unas extrañas corrientes eléctricas que crean una determinada dependencia entre las personas que las poseen. Cuando dos personas cuentan con esa determinada corriente, aunque alguien o algo se interponga entre ellos nunca logrará separarles.Esa dependencia entre unos y otros, esas "corrientes" son producidas por nuestra parte irracional. Para que lo entiendas...imagina que estás unido a esa persona que quieres mediante un fuerte e irrompible hilo invisible, algo indestructible.Cuando se intenta enderezar un árbol que ha crecido torcido no se puede. Cuando se intenta separar a personas que poseen esa dependencia, hayan crecido juntas o no, se puede comprobar que tampoco se puede. Aunque pongas todo el empeño del mundo, aunque utilices todos los medios posibles, nunca podrás hacerlo.Otra incapacidad del ser humano supongo. Tengo una fuerte seguridad en que ni el mejor matemático con sus números podría hacerlo. Un químico con sus mezclas tampoco, un físico con sus fórmulas tampoco ni un gran filósofo con sus razonamientos...
Todos tenemos sueños. La única diferencia es que algunos se esfuerzan constantemente en alcanzar su destino, sin importarles los riesgos, mientras que otros renuncian a sus sueños para no perder lo que poseen.
Llega un momento en la vida en que no hay nada más que hacer; sino seguir tu propio camino. Es el tiempo de perseguir tus sueños. El tiempo de izar las velas de tus propios pensamientos.
Quizás resulte muy difícil lograr que los sueños se hagan realidad. Tal vez si tratamos de ahorrar esfuerzos, olvidaremos la razón por la que comenzamos a soñar; y al final descubriremos que el sueño ya no nos pertenece. Limitémonos a seguir los dictados del corazón, y el tiempo se hará cargo de que alcancemos nuestro destino.Recuerda: cuando estés a punto de rendirte, cuando pienses que la vida ha sido injusta contigo, recuerda quién eres. Recuerda tu sueño.
Y nunca, nunca dejes de soñar…
Llega un momento en la vida en que no hay nada más que hacer; sino seguir tu propio camino. Es el tiempo de perseguir tus sueños. El tiempo de izar las velas de tus propios pensamientos.
Quizás resulte muy difícil lograr que los sueños se hagan realidad. Tal vez si tratamos de ahorrar esfuerzos, olvidaremos la razón por la que comenzamos a soñar; y al final descubriremos que el sueño ya no nos pertenece. Limitémonos a seguir los dictados del corazón, y el tiempo se hará cargo de que alcancemos nuestro destino.Recuerda: cuando estés a punto de rendirte, cuando pienses que la vida ha sido injusta contigo, recuerda quién eres. Recuerda tu sueño.
Y nunca, nunca dejes de soñar…
lunes, 9 de noviembre de 2009
Corazón
No te voy a mentir. No me has cambiado la vida, porque creo que ya la tenía cambiada justo antes de conocerte. Sin embargo, sí que la has hecho especial.
Soy afortunada; he tenido la inmensa suerte de compartirte cada noche, momentos antes de dormir, de soñar bonito. Una frase para cada día, una manera diferente de decir “buenas noches, espero que descanses”. Al fin y al cabo tu magia, reside en eso, en saber valorar los más pequeños detalles para hacerlos tan inmensos e intensos que por muchos segundos que pasen, y muchas situaciones aparentemente iguales que se sucedan, siga existiendo la posibilidad de continuar reinventándose, reinventándome, reinventándote.
Ha habido noches en las que hemos conectado a la perfección y he sonreído sólo de pensar que era gracioso saber que podíamos estar pisando la misma línea a la vez. ¿No es increíble? Ya… dime que es magia…
Hay palabras tuyas que puedo recitar con los ojos cerrados. Supongo que tiene que ver con eso de que hayas sido las últimas palabras de cada noche. En París lo dirían de otra forma; dirían, “par coeur”, y la verdad es que tienen toda la razón del mundo, porque si con algo te he sentido, ha sido con el corazón, mucho más que con la vista. Últimamente me he acostumbrado a sentir así, con los ojos cerrados y el corazón abierto. Tú tienes parte de culpa, y créeme... me encanta.
Soy afortunada; he tenido la inmensa suerte de compartirte cada noche, momentos antes de dormir, de soñar bonito. Una frase para cada día, una manera diferente de decir “buenas noches, espero que descanses”. Al fin y al cabo tu magia, reside en eso, en saber valorar los más pequeños detalles para hacerlos tan inmensos e intensos que por muchos segundos que pasen, y muchas situaciones aparentemente iguales que se sucedan, siga existiendo la posibilidad de continuar reinventándose, reinventándome, reinventándote.
Ha habido noches en las que hemos conectado a la perfección y he sonreído sólo de pensar que era gracioso saber que podíamos estar pisando la misma línea a la vez. ¿No es increíble? Ya… dime que es magia…
Hay palabras tuyas que puedo recitar con los ojos cerrados. Supongo que tiene que ver con eso de que hayas sido las últimas palabras de cada noche. En París lo dirían de otra forma; dirían, “par coeur”, y la verdad es que tienen toda la razón del mundo, porque si con algo te he sentido, ha sido con el corazón, mucho más que con la vista. Últimamente me he acostumbrado a sentir así, con los ojos cerrados y el corazón abierto. Tú tienes parte de culpa, y créeme... me encanta.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)