Un año más, y 20 años. Y por fin puedo sonreír como quería, compartiendo mis ratitos con esas personas que hacen que mi vida merezca la pena. Compartiendo momentos, horas y risas con las personas que saben querer. Y por fin puedo salir y por fin puedo seguir soñando con volar, y con esas vueltas que me daban de pequeña, muy de pequeña, y asemejaban ser infinitas porque yo creía volar con las piernas en el aire, y con las manos cogidas y mi risa interminable. Y mis ojos rasgados de tanto reír y mis dientes asomando permanentemente. Y sí, puedo seguir soñando con esas vueltas y con otras más, con las que dan las vidas. Un año más y nuevas palabras. 20 años y ganas de seguir viviendo, ganas de seguir despertando con una lista de planes por hacer y cosas por terminar. Ganas de tener vida, ganas de vivirla y exprimirla, y sentir que estoy viviendo y que piso el suelo con más fuerza que ayer. Sentir que puedo tocar el cielo si me lo propongo y si me alzo y mis dedos pueden llegar a él. Sentir que puedo ser feliz porque yo así me lo planteo. Sentir que puedo hacer feliz con un abrazo, o sentir que siguen existiendo ese tipo de películas que tanto me gustan, sentir que todavía quedan canciones que te estremecen, sentir que todavía una tarde en un cuarto con un amigo puede seguir siendo el mejor plan de todos. Sentir que seguir escribiendo me hace sentir bien, me hace sentir como quiero sentirme. Sentir que las palabras son mi vida, que son mías, que me hacen estar aquí, sentada, y pensando...
Y así los cumplo, detrás de muchos recuerdos que siguen formando parte de mí, que siguen agarrándose a mí, que temen soltarse, que quieren seguir formando parte de las páginas de mi vida...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario