sábado, 5 de septiembre de 2009

No quiero dejar mis pisadas en la nieve de la vida de nadie, ni la marca roja de mis pintalabios en el cuello blanco impoluto de su camisa. Quiero maremotos, olas de siete metros y mensajes secretos en las servilletas de un bar o en un libro de sopas de letras. Y recibir una carta en blanco, sin remite. No hay nada en este mundo que eche más de menos que el peligro, la complicidad y las quince vueltas de campana en la montaña rusa devastadora de mi vida. Echo de menos una primavera en pleno Enero..

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